Fernando Burlando formó parte de la convocatoria realizada por Gloria Romero en el corazón de la ciudad de Buenos Aires. Cómo fue el robo que sufrió.
Fernando Burlando participó de la marcha organizada por la madre de Cecilia Strzyzowski en la ciudad de Buenos Aires y sufrió el robo de su celular en medio de la conglomeración. Horas más tarde pudo recuperarlo y contó lo sucedido en sus redes sociales.
Cómo fue el robo a Fernando Burlando en plena marcha por Cecilia Strzyzowski
Burlando es uno de los abogados de Gloria Romero, la mamá de la joven que desapareció hace 45 días en Chaco y se presume que fue asesinada. La investigación judicial apunta contra la familia del piquetero Emerenciano Sena cuyo hijo César era pareja de Cecilia.
Lo cierto es que el representante formó parte de la convocatoria realizada en avenida Callao al 300, ante la Casa de la Provincia de Chaco, para pedir justicia por Strzyzowski. En medio del ajetreo, alguien le sacó el dispositivo móvil de su bolsillo.
«Sentí una mano que se me metió en el saco, donde guardo el teléfono. Pero no importa, el abrazo valió mucho más que el aparato que se llevaron», contó la pareja de Barby Franco en diálogo con Cadena 3.
El descargo de Fernando Burlando tras recuperar el celular
Pese a vivir un mal momento, Fernando Burlando pudo recuperar el celular, algo que es altamente infrecuente en este tipo de robos. A la vez, dio detalles de lo ocurrido en sus redes sociales.
Burlando recibió la ayuda de una persona identificada como Viviana Fernández Lecce para encontrar el teléfono sustraído. «Una tarde movida. En pleno abrazo a Gloria (mamá de Cecilia) a Fernando le robaron el celular del bolsillo del saco. Se pudo recuperar, pero ¿cómo fue bien?», escribió la mujer en una historia de Instagram.
El letrado se hizo eco de la story y aprovechó para disparar munición gruesa contra los ladrones: «Vivi, lo recuperé. Lo recuperamos, sólo hay que poner ganas. Yo no denuncié, me arreglé con nuestra gente y tres horas después, los muy chorros y cobardes lo estaban devolviendo. Dios mío, qué cagones son los chorros».
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