La víctima habría tenido solo siete años cuando comenzaron los abusos por parte de su familiar. La denuncia fue formulada la semana pasada y así iniciaron los distintos estudios sobre la niña.
Una menor de diez años vivió un calvario durante varios años al ser víctima de abuso sexual cuando tenía solo siete años, por parte de un primo algunos años mayor que ella. La tía de la menor realizó la denuncia en la comisaría de la Mujer en Ituzaingó, luego de que en la escuela advirtieran sobre molestias abdominales que presentaba la niña. La causa fue caratulada como abuso sexual simple y ahora la Justicia intenta establecer los pormenores del hecho.
Todo quedó al descubierto durante un retiro espiritual al que la niña asistió con una iglesia evangelista en el mes de noviembre de 2022. Allí pudo charlar en confianza con una mujer que coordinaba a los niños y relatarle con lujo de detalles que cuando ella tenía seis años, su primo, algunos años mayor que ella, la obligaba a mirar películas pornográficas y recrear las escenas de alto voltaje entre ambos.
Al volver del retiro, la tía fue alertada de la situación y la niña le contó lo sucedido años atrás, aunque allí no fue hecha la denuncia y la mujer solo habría atinado a evitar el contacto de la menor con su presunto agresor.
La víctima quedó al cuidado de una tía luego de que su madre falleciera hace un par de años atrás. Por lo que contó en el relato inicial, los abusos habrían ocurrido cuando su progenitora aún vivía, pero al parecer no se lo había revelado a ella.
Todo cambió rotundamente cuando la semana pasada, desde la escuela a la que asiste la criatura, citaron de urgencia a su tía -ya con presencia de autoridades judiciales- mencionando que la niña se había quejado la semana anterior de fuertes dolores abdominales y que tras indagar sobre los mismos, la misma volvió a relatar lo acontecido años atrás con su primo, actualmente de 14 años.
Esta situación no hizo más que desembocar en una denuncia penal contra el presunto atacante, que también es un menor de edad, dado que ahora la autoridad judicial tenía conocimiento de los hechos, alertados por la escuela a la que asistía la niña.
La causa fue caratulada como «supuesto abuso sexual simple» y tras la denuncia formal, se ordenaron varias medidas judiciales. En principio, la Justicia le realizaría unas pericias en cámara Gesell y estudios médicos para determinar si la víctima sufrió acceso carnal durante estos ataques y también si los mismos se repitieron con los años o en los últimos días.
La denuncia fue formulada en la división de delitos sexuales de la Unidad Regional VI de la ciudad de Ituzaingó.
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