En plena crisis de ventas, cambios radicales en la conducción de la cámara Copal: La nueva cúpula de poder de los dueños del alimento

Carla Bonito será la primera mujer presidenta, en reemplazo del histórico Funes de Rioja. El juego de Arcor, Ledesma, Coca Cola y el lobby que se viene por los impuestos.

No por casualidad, en medio de un derrumbe histórico de ventas y en tiempos donde el empresariado busca presionar al Gobierno para que cumpla con su promesa de bajar impuestos, el poder de la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal) se vio reformulado en su cúpula, con una renovación casi total que pone a los gigantes del consumo al frente de la entidad. Este miércoles, según confiaron  de la central empresaria, se terminó de cerrar la nueva lista única de autoridades, que será refrendada por la Asamblea el lunes próximo y que lleva como dato saliente que, por primera vez en la historia, habrá una mujer al frente de Copal.

Este diario ya había adelantado que Carla Martín Bonito, ex directora ejecutiva, reemplazará en la jefatura de Copal a Daniel Funes de Rioja, un dirigente respetado que seguirá encabezando la Unión Industrial Argentina (UIA). Por debajo, juegan fuerte los molineros, Ledesma, Coca Cola y Molinos, en detrimento de otros líderes históricos que acompañaban la línea de Funes. Y sobre todo queda con menos de lo esperado el gigante Arcor, que había pedido la vicepresidencia primera y no la tendrá.

Bonito -que no proviene de ninguna empresa e hizo carrera desde junior en Copal luego de reemplazar a la ex directora ejecutiva y ex funcionaria de Agricultura en el gobierno de Mauricio Macri, Mercedes Nimo-, estará secundada por dos sectores de peso en las vicepresidencias. El vice primero será Diego Cifarelli, titular de la Federación de Industrias Molineras (FAIM) y Tesorero del club Sarmiento de Junín; y de vice segundo oficiará Adrián Kauffman Brea, de Arcor, ex presidente de la UIA y actual miembro de la mesa chica de la central fabril. El secretario de Copal, otro cargo con peso político, será Agustín Torres Campbell, de Molinos Río de la Plata. Reemplaza en el cargo a Alfredo Guzmán, de Celusal y la cámara de Aberdeen Angus, hombre de Funes de Rioja.

El Tesorero, en tanto, será Gonzalo Fagioli, de la cervecera Quilmes, que reemplazará al empresario del café Martín Cabrales, que a la vez seguirá como vice. En un principio, Arcor había intentado quedarse con la vicepresidencia primera de la entidad, hasta que el Comité decidió darle a Bonito la posibilidad de elegir los nombres de la lista. Que quedó como se mencionó anteriormente.

Lugartenientes y la embestida a Milei

A renglón siguiente, las vocalías, las subsecretarias y la protesorería estarán completadas con funcionarios de la azucarera Ledesma, de Coca Cola, de la multinacional estadounidense Unilever y la Aceitera General Deheza (AGD). Esos nombres se conocerán, de todos modos, recién el lunes.

En líneas generales, según describen los que conocen las internas de la entidad, el cambio de la estructura de poder, primero, es «generacional», aunque admiten que la pérdida de Funes le resta lobby político en los gobiernos, algo que el abogado laboralista manejaba de manera fluida con gestiones de cualquier símbolo político. Funes, que en el trámite de cambio de autoridades recibió destratos, es un dirigente con una carrera respetable y que no tiene detractores en el sector, según coinciden casi todos los que lo conocen directa o indirectamente.

Bonito, que es experta en cuestiones técnicas y la mayor parte de sus colegas destacan como una de las dirigentas empresarias con mejor presente y futuro, se había erigido a través de los años casi como una incondicional de Funes de Rioja. Los que seguían de cerca el nexo afirman que al histórico empresario le convenía porque Bonito nunca tuvo aspiraciones de ascenso en el poder. Pero hoy es la mujer fuerte de una cámara plagada de hombres que empieza a tener otras necesidades: resultados concretos de influencia sobre políticas del gobierno de Javier Milei.

Todos estos movimientos de nombres y de maneras de encarar la realidad se dieron, también, apurados por una crisis de ventas histórica, que les está dando a las empresas derrumbes de hasta 20 puntos en las ventas. Por eso, y según confiaron a este diario integrantes de Copal, hay un replanteo de agenda que tiene tres ejes fundamentales: el primero, sobre la certeza de que el consumo masivo en la era Milei no dejará de caer, trabajar para que el Estado les baje los impuestos a los alimentos. «El PXQ va a caer con seguridad, y por eso hay que bajar costos», relatan los que ya trabajan en el lobby futuro.

Citan un estudio del IARAF, instituto que conduce el economista Nadín Argañaráz, en el que se destaca que el componente impositivo en los comestibles es del 45 por ciento, llegando al 40 por ciento en el caso de las bebidas. El segundo punto de trabajo es ver cómo convencen al Gobierno de hacer políticas que reactiven la demanda, casi un imposible porque saben que el único plan de Milei es congelar la actividad para bajar los precios. Y el tercer y último punto que trabajará la nueva Copal es el refuerzo del perfil exportador de las empresas, para ver si pueden compensar de algún modo lo que pierden por no vender en el mercado interno.

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Actualizada: 5 de abril de 2024 — 10:13