Los gobernadores volvieron a pedir una fórmula de unidad, un escenario que fortalece al ministro de Economía; encuentros decisivos de la vicepresidenta, Massa y Fernández; De Pedro volvería a la escena pública junto a empresarios
Cuando se acercan las últimas 72 horas de plazo para inscribir las listas, la alianza de hecho que conformaron el kirchnerismo y el massismo no confirmó aún quién será su candidato a presidente, aunque se espera la definición de un momento a otro. Con los episodios de violencia en Jujuy, Cristina Kirchner direccionó sus pronunciamientos públicos hacia esa agenda, mientras se sucedían, mucho más discretas, reuniones para puntear las variables electorales en un contexto de fuerte incertidumbre interna.
Con la principal incógnita de Unión por la Patria sin develar, este miércoles continuaron los intentos por presionar a Daniel Scioli para que desista de competir y confluir en una fórmula única. Buena parte de los gobernadores que hace 15 días se reunieron en Capital Federal para pedir un candidato de consenso en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), en las últimas horas emitieron un segundo comunicado en el que aludieron a la «imperiosa necesidad de encontrar una síntesis en la fórmula presidencial que represente a Unión por la Patria (UP)».
«No proscribimos a nadie, exigimos responsabilidad en este momento histórico», dice la carta. Si bien no menciona nombres propios, la movida fue motorizada por Gerardo Zamora (Santiago del Estero), un gobernador muy cercano a Cristina y uno de los mandatarios que, en charlas reservadas, promueve que sea Sergio Massa quien encabece la fórmula. El comunicado fue avalado, entre otros, por Juan Manzur. El tucumano, que empapeló algunas arterias de la ciudad con su nombre, está en Buenos Aires desde hace varios días y se habría reunido este miércoles con la vicepresidenta en el Senado.
Mientras las definiciones se mantienen herméticas en la cúpula, está claro que las chances de Massa están muy condicionadas por el escenario de PASO que empuja Scioli. Aunque no está nada dicho, para todos resultaría extraña una interna entre el líder del Frente Renovador y el exembajador en Brasil, porque ambos arrastran una enemistad visceral de larguísima data. «No podemos terminar así», decía un importante referente kirchnerista en las últimas horas.
Por ahora, Scioli no da ninguna señal de que vaya a ceder. En su búnker aseguraban que llenarán la boleta en todos los casilleros mientras impugnaban el reglamento interno de Unión por la Patria que confeccionó Máximo Kirchner. Hicieron presentaciones tanto en la Junta partidaria -integrada por representantes del kirchnerismo y del massismo- como en la Junta Electoral de la provincia de Buenos Aires. «Vamos a tener éxito con esta presentación», se jactaban.
Mientras los apoderados de Scioli impugnaban el reglamento, en la Casa Rosada, Massa mantenía un encuentro con Alberto Fernández, señalado por el campamento kirchnerista como el promotor en las sombras del embajador en Brasil. En la Casa Rosada aseguraron que fue un encuentro de 45 minutos y que solo se habló de la evolución de las negociaciones con el FMI. El Presidente, como Cristina, también se mostró hacia afuera abocado a la situación en Jujuy, como si fuera posible poner en paréntesis la cuestión electoral.
Según trascendidos, las reuniones de mayor voltaje político se estarían dando de manera vespertina. Circuló entre algunos intendentes bien informados que hubo un encuentro entre Cristina, Máximo y Massa el lunes por la noche y otro 24 horas después, el martes, entre el ministro de Economía, el Presidente y el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos. Ante esos rumores, Massa aseguró que estuvo cenando en familia.
El ministro del Interior, Eduardo de Pedro, que es quien sube sus acciones en un escenario de internas con Scioli, suspendió el viernes pasado la nutrida agenda de «pre-campaña» que venía llevando en las últimas semanas. Cortó sus apariciones públicas con aire proselitista y solo se limitó a emitir un comunicado oficial desde el Ministerio del Interior en el que invitó a Gerardo Morales a «construir una salida pacífica» en Jujuy. «Estamos muy bien», le sigue repitiendo a algunos de sus colaboradores que están impacientes y que tienen todo listo para lanzarlo si hay un pulgar hacia arriba.
El ministro del Interior, no obstante, podría volver a la escena pública este jueves con eventos de alto voltaje: según pudo saber LA NACION, está casi confirmada una reunión en la UIA a las 16 y, aunque menos probable, no se descarta otra en la CGT. Serían fotos con empresarios y gremios muy relevantes en las horas previas al cierre de listas.
Algunos intendentes, en tanto, ven que con la cuenta regresiva en su tramo final, parece más difícil que Cristina Kirchner saque a Axel Kicillof del paño de la provincia y lo suba como candidato presidencial. El reglamento obliga a todos los intendentes a ir «colgados» de un solo candidato a gobernador, y Kicillof es un postulante que genera consenso y ordena a los jefes comunales. Desvestir la categoría provincial a tan pocas horas del cierre podría causar un cimbronazo extra. «Sería tocar lo único que está ordenado», opinó un colaborador del kirchnerismo.
En La Plata, sin embargo, todavía no descartan de plano el enroque. «Todo puede pasar, las circunstancias no cambiaron, más allá del paso del tiempo», dicen cerca del gobernador bonaerense. Y rematan: «Ahora hay que esperar y no especular más».
Fuente: La Nación
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