Tras una discusión a cielo abierto con el presidente de la Cámara baja, Martín Menem, por la conducción de la Comisión de Juicio Político el diputado Zago perdió la conducción del bloque y fue reemplazado por el cordobés Gabriel Bornoroni. La intervención clave de Karina Milei.
La Libertad Avanza cruje y no por la emoción de volver a tratar la Ley Ómnibus. En una secuencia insólita, casi cinematográfica, una discusión a cielo abierto entre Martín Menem y Oscar Zago por quién ocupaba la presidencia de la comisión de Juicio Político, terminó con el desplazamiento de Zago y la designación de un nuevo presidente de bloque oficialista: el cordobés Gabriel Bornoroni.
La revuelta contra Zago venía gestándose hace tiempo, siempre impulsada por Karina Milei y Menem, pero no lograba concretarse debido al respaldo (frágil) de Javier Milei. Hasta el miércoles a la noche, cuando los diputados libertarios que venían impulsando el levantamiento contra Zago aprovecharon la desautorización de Zago a Menem al decidir designar a Marcela Pagano al frente de la comisión de Juicio Político para terminar de golpear los últimos clavos en el ataúd.
«Fue una decisión del bloque, me eligieron por mayoría. Queda por delante el debate de la Ley Bases y tenemos que trabajar para aprobarla», afirmó Gabriel Bornoroni pasadas las 10 de la noche en el Salón Blanco de la Cámara de Diputados. Luego de más de una hora y media de no debate, ya que ninguno de los pocos zaguistas que quedaban en el bloque dieron el presente, La Libertad Avanza anunciaba el fin de la breve jefatura de Oscar Zago y el inicio de la conducción de Bornoroni con una mayoría casi absoluta. La votación había sido por unanimidad: los 36 presentes —solo se habían ausentado Marcela Pagano, Zago, Cecilia Ibáñez y otros dos legisladores del MID— habían definido que Bornoroni sería el nuevo presidente de bloque.
La guerra en Juicio Político
El descabezamiento de la presidencia del bloque oficialista había comenzado temprano a la mañana, durante una reunión de la comisión de Juicio Político para designar a las autoridades. El drama había comenzado cinco minutos antes del horario designado para la conformación de la comisión, cuando, de manera intempestiva, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, envío un mail interno anunciando que se suspendía la comisión y se la pateaba para la semana que viene.
«No sabemos que ocurrió», sostenía, pasmado, el propio Zago apenas el encuentro comenzó y el secretario de la comisión se levantó y se fue, alegando que la comisión estaba suspendida, y dejando a los diputados sin saber bien qué hacer. A los pocos minutos, incluso, Menem mandaría a cortar la transmisión de la comisión que se hacía por YouTube (una maniobra que ya había implementado el día anterior durante la jornada de debate de especialistas contra el DNU 70/2023).
Respaldado por Unión por la Patria, la Coalición Cívica y una parte del radicalismo, Zago definió continuar con la comisión y designar a Marcela Pagano como presidenta. Por unos minutos, el peronismo analizó la posibilidad de aprovechar la situación de caos para designar a un opositor como presidente de la comisión —lo que habilitaría, por ejemplo, a darle tratamiento a cualquier pedido de juicio político contra el Presidente—, sin embargo la idea se terminó desinflando. Aunque hubo algunos, como el radical formoseño Fernando Carbajal, que amagaron con intentarlo. «No podemos ceder la presidencia de Juicio Político al oficialismo porque está claro que hay un ataque a la calidad institucional», deslizó. Si pasaba, pasaba.
Los libertarios que no responden directamente a Zago, sin embargo, pegaron un grito en el cielo. «El presidente de bloque no representa más los intereses del bloque. Porque si no entiende que hay momentos en los que hay que tener prudencia… porque si no hay otros bloques», lanzó, amenazador, el correntino Lisandro Almirón, ante la sonrisa incómoda de Zago. A su lado, la cordobesa del MID Cecilia Ibañez (LLA) se agarraba la cabeza.
Ignorando aquellos cuestionamientos, sin embargo, la comisión pasó a votar y designó a Pagano, quien terminó pidiéndole disculpas a la oposición por la «desprolijidad» de su bloque. Desde afuera de la comisión, mientras tanto, Nicolás Mayoraz —uno de los libertarios que, junto a Almirón, luego encabezarían el levantamiento contra Zago— gritaba: «Esta comisión no está constituida, es una parodia».
La comisión era un griterío. Minutos después el mismo Menem saldría a cuestionar a Zago en un tuit que decía: «Desde lo formal y reglamentario, la reunión de conformación y elección de autoridades y fijación de días y horas de reunión de la Comisión de Juicio Político, no se llevó a cabo». En ese momento, sin embargo, en la comisión solo se escuchaba una voz y era la de Carbajal. Que decía: «¡Que venga el presidente de la Cámara si tiene valentía, que no mande a sus caniches!»
La consolidación del levantamiento
No era la primera vez que Menem, Mayoraz o Almirón desautorizaban a Zago e intentaban removerlo de la presidencia del bloque. Ya hace dos semanas habían amagado un levantamiento y fracasado. Todo siempre auspiciado por Karina Milei, quien viene trabajando con los Menem —Martín y Lule— en construir un armado propio de la Libertad Avanza que desplace a los sellos partidarios locales que habían dado origen a la alianza electoral en 2023 (como el MID, que preside Zago). La secretaria General de la Presidencia está obsesionada con ubicar solo a los más «leales» en los cargos de poder y se la tenía jurada a Zago hace semanas. Hasta ayer, sin embargo, Zago tenía el (endeble) respaldo del Presidente, pero algo cambió.
Fue como una avalancha. Karina había decidido, el día anterior, que no quería a Pagano a Juicio Político, sino alguien en el que pudiera confiar. Esa persona era «Bertie» Benegas Lynch (el mismo diputado que el otro día había declarado que ). Sin embargo, Zago, al decidir continuar con la comisión a pesar de la suspensión de Menem —que trabaja en tándem con Karina—, había decidido desautorizarla, generando una ola que terminaría costándole su propio cargo.
«Si quieren que deje la presidencia la dejo», había provocado Zago por la tarde en LN+, en un anticipo de lo que sucedería horas después en el Salón Blanco de la Cámara de Diputados. El encuentro había sido impulsado por Mayoraz, Almirón y Bornoroni —la triple entente de oposición a Zago—, pero la asistencia había sido prácticamente perfecta. Desde los recién llegados al bloque, como José Luis Espert o Álvaro Martínez, hasta el mismo Martín Menem, pasando por los diputados más cercanos a Milei, como Lilia Lemoine y Benegas Lynch, y los que suelen actuar como agentes libres, como Carlos D’Alessandro o Juliana Santillán (que solían mostrarse más cerca de Zago). Solo faltaban los del MID.
«Si lo ven pasar a Zago díganle que toque la puerta y entre», ironizaban algunos. El clima había cambiado desde el último levantamiento y todos coincidían que la destitución de Zago era solo una formalidad. «No tendría que haber seguido con lo de Pagano. Esperemos que no llegue la sangre al río, pero las cosas cambiaron», analizaba un diputado que, en el último intento de golpe interno había intentado aplacar la situación y, ahora, hablaba de «transición ordenada».
Pasadas las 10 de la noche, la puerta del Salón Blanco se abrió y llegó la confirmación: un sonriente Bornoroni sería el nuevo presidente de bloque con el respaldo casi unánime de todos. Se inauguraba así una nueva etapa en el oficialismo que, en solo unos pocos días, tendrá que ponerse a debatir la ley más importante de Javier Milei.
Compartir