El hallazgo sirve para determinar dosificaciones más seguras para poblaciones específicas.
La investigación plantea novedades sobre la ingestión relacionada con el analgésico diclofenac, que se usa ampliamente en todo el mundo. Esto generó que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) eliminara el diclofenac de la categoría de venta libre, requiriendo receta médica.
«La mayoría de los pacientes que usan diclofenac tiene artritis, y muchos de ellos están en riesgo de enfermedad cardíaca», señala el doctor Bhagwat Prasad de la Universidad Estatal de Washington. «Por lo tanto, existe la preocupación de que tomar diclofenac pueda ponerlos en un riesgo aún mayor de eventos cardiovasculares como ataque cardíaco y accidente cerebrovascular».
La buena noticia es que el equipo de Prasad acaba de descubrir la explicación de estos efectos secundarios graves en algunos pacientes.
Resulta que la actividad de la enzima que metaboliza el diclofenac, llamada UGT2B17, puede variar hasta 3.000 veces de una persona a otra, y dado que la diferencia entre el medicamento y la reacción con frecuencia está en la dosis, esto puede tener un efecto muy diferente en los pacientes.
Enzima que metaboliza el diclofenac
Otro hallazgo importante es que la enzima UGT2B17 está presente en niveles mucho más bajos en mujeres que en hombres, lo que puede explicar el mayor riesgo de daño cardíaco observado en pacientes femeninas que toman diclofenac.
«Nadie sabía por qué esta toxicidad cardíaca está ocurriendo en algunos individuos», dijo el primer autor Deepak Ahire, estudiante graduado en la Facultad de Farmacia y Ciencias Farmacéuticas de la WSU. «Nuestro estudio mostró, por primera vez, que UGT2B17 es importante en el metabolismo del diclofenac y sugiere que las diferencias en la expresión de UGT2B17 son lo que hace que la respuesta de las personas al diclofenac sea tan variable, lo que lleva a la toxicidad en algunos, mientras que para otros el medicamento simplemente no funciona».
El equipo también encontró que la enzima está ausente en niños menores de nueve años, y hay grandes diferencias basadas en el origen étnico en el número de personas que carecen del gen de la enzima, que van desde alrededor del 20 por ciento en los caucásicos hasta alrededor del 90 por ciento en los japoneses.
Publicado en la revista Clinical Pharmacology & Therapeutics, los hallazgos del estudio podrían usarse para desarrollar formas de identificar a las personas en riesgo de efectos secundarios graves del diclofenac y para determinar estándares de dosificación más seguros para poblaciones específicas, incluidas mujeres, niños pequeños y personas de ciertas etnias.
El equipo recomienda que las autoridades reguladoras de medicamentos en países donde el diclofenac todavía está disponible sin receta médica consideren realizar pruebas de eficacia para determinar la dosis óptima del medicamento para la población local.
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