Luego de una asamblea de trabajadores de la sanidad se dispuso el estado de alerta por parte de ATSA. Hubo un encuentro en el Ministerio de Salud, en donde el gremio sanitario reclamó una reunión con los directivos del hospital con la presencia de los delegados del nosocomio. Denuncian acoso laboral, discriminación, rebaja en los adicionales de los sueldos y despidos para nombrar a familiares de la administración del hospital.
La Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA) Filial Corrientes, junto a trabajadores del Hospital Escuela “José Francisco de San Martín”, declaró el “estado de alerta” debido a la reducción de salarios, cambios que generaron un estado laboral anárquico y despidos de personal que venían trabajando de manera idónea.
La decisión fue tomada hoy (23/10) en una asamblea que se realizó en el nosocomio capitalino luego que el secretario general de ATSA, Guido Tello; mantuviera un encuentro con el Ministro de Salud Pública Ricardo Cardozo y funcionarios de la cartera.
En el encuentro con la cartera sanitaria, hubo diferentes posiciones por parte del sindicato y del Ministerio, reclamando Tello una “audiencia urgente” con los Directivos del Hospital Escuela, con el fin de analizar los reclamos de los trabajadores.
“Desde ATSA sostenemos e insistimos en una convocatoria al diálogo y que el mismo debe basarse con la legitimidad y participación de los Delegados, representantes de dicho establecimiento, quienes son conocedores de la realidad interna y funcionamiento de los servicios de salud del Hospital” dijo Tello, agregando que “observamos con preocupación y mucha atención un estado de deshumanización, desorden estructural y funcional en la administración hospitalaria”.
Asamblea
En la asamblea posterior realizada en el acceso del hospital participaron además de ATSA otros sindicatos. Allí un nutrido grupo de trabajadores expresó sus demandas ante los gremialistas.
La preocupación de los trabajadores de la salud es por las últimas decisiones tomadas por la administración del hospital que perjudicaron -con un alto impacto económico- la reducción de ingresos en sus salarios con respecto de la sobreasignación por arancelamiento (SADAM). Además, denunciaron actitudes discriminatorias en los cambios que “dejaron un estado laboral anárquico”; y el despido de personal que venían trabajando de manera idónea “para ser reemplazados por familiares”.
En la asamblea los trabajadores también denunciaron falta de personal; salarios por debajo de la línea de indigencia; falta de transparencia de gestión por no solicitar los contratos de enfermeros colegiados, becados, arancelados, con programas y otros, dejando de manifiesto la precariedad con que el sistema de salud está funcionando y los riesgos que ello implica; la falta de seguridad del personal ante situaciones de violencia por parte de acompañantes de pacientes, principalmente en la emergencia; los reclamos de pacientes por la falta de cumplimiento de turnos de cirugía y de medicamentos; y el violento amedrantamiento, por parte de algunos directivos, que llevan todo esto aun un contexto de conflictividad laboral.
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