El vínculo entre el Presidente y la vice está virtualmente roto: En el Gobierno dicen que esperan la «traición final» de parte de Victoria Villarruel

Cerca de los hermanos Milei temen al «puñal» que podría clavarles por la espalda la presienta del Senado, y hasta grafican la situación con una escena de El Padrino. Los reproches mutuos empezaron durante la campaña, cuando surgieron diferencias sobre el rol que deberían tener las fuerzas armadas, y se siguieron profundizando. Incluso señalan que ella habría sido parte de un «plan b» de gobierno en caso que Milei se cayera durante los primeros meses de gestión.

 

«Barzini irá contra tí primero. Te invitarán a una reunión con alguien de tu absoluta confianza, para garantizar tu seguridad, pero en ese encuentro serás asesinado. Quien te hable de tener esa entrevista con Barzini, es el traidor. No lo olvides», le dice Vito Corleone a Michael –su hijo y el heredero del clan mafioso– en una de las míticas escenas del Padrino uno. En Casa Rosada recuerdan el film y utilizan la metáfora para graficar lo que, para ellos, pasará en el futuro con la vicepresidenta. De ese modo, Villarruel queda automáticamente ubicada en la posición de traidora y, del lado de Milei, quedan como los que esperan con recelo el momento del golpe final. Creen que, tarde o temprano, ella invitará al Presidente a la reunión en la que querrán clavarle un puñal.

En la cúpula libertaria siguen a los chispazos. El vínculo entre los hermanos Milei y la vicepresidenta está virtualmente roto porque en la Casa Rosada sienten que ella cometió durante el último tiempo «pequeñas traiciones» y esperan que en algún momento les «termine de clavar el puñal». Cerca de los Milei desconfían de los contactos que ella tiene y cultiva y crecen las teorías conspirativas sobre lo que la vice hizo durante los últimos «diez o doce meses», y es posible de hacer en el futuro «por sus aspiraciones personales».

Salando las heridas
El último episodio que dejó a la vista la interna entre los dos bandos fue la no participación de Villarruel en el acto que el viernes encabezó Javier Milei con las fuerzas armadas, a lo que terminó de sumársele este lunes el aumento de las dietas de los senadores. A Mendoza iban a ir juntos, pero, a último momento, la vicepresidenta no apareció. Si bien en su entorno dijeron que no había ido porque no fue convocada, en Casa Rosada aseguran que el ministerio de Defensa sí la invitó. La decisión de ausentarse, deslizan, habría sido porque «la gente de Villarruel» habló con el personal de ceremonial que estaba a cargo del acto y descubrieron que, por protocolo, ella no iba a poder estar en primera fila, sino que iba a tener que sentarse más atrás. «Se dio cuenta que no iba a poder ser la estrella de las fuerzas armadas», dispararon irónicos cerca de los Milei dejando entender que la vicepresidenta no iba a soportar no tener protagonismo en un área que tanto le interesa y que, por ende, ese habría sido el verdadero motivo del faltazo.

Los problemas con Villarruel, analizan en Balcarce 50, empezaron hace diez o doce meses, durante la campaña presidencial. La relación se terminó de perforar después de que Milei anunciara que no le iba a dar a su vice el control de los ministerios de Defensa y Seguridad, tal como se había anticipado durante la campaña y tal como ella quería. Villarruel, después de eso, consideran que se tomó «ciertas atribuciones en lugares muy sensibles», y ubicarían allí la primera «pequeña traición».

Al principio de la gestión, en tanto, creen que ella habría formado parte, o al menos que estaba al tanto, de la idea que tenía un grupo de opositores, que habrían ideado una especie de «plan b», en caso de que el gobierno cayera y por si Milei tenía que dejar el poder. De hecho, en esa teoría conspirativa, hasta especulan con que ya había un dirigente pensado para ocupar el puesto de Presidente y que ella lo sabía.

La conformación de la comisión bicameral de Inteligencia es otro de los puntos álgidos entre la Rosada y el Senado. Villarruel quiere que esa comisión la presida el senador Enrique Martín Goerling Lara, muy cercano a ella y a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, mientras que Caputo quiere que el elegido sea el senador peronista de Entre Ríos, Edgardo Kueider. En tercer lugar, se rumorea que habría un acuerdo entre un sector del radicalismo y Unión por la Patria para que el que la presidencia de la comisión quede en manos del senador y presidente de la UCR, Martín Lousteau, algo que pone furioso al entorno de Milei. Este martes se definirá ese asunto y el miércoles la Cámara de Diputados también deberá decidir qué hace con el DNU que habilitó los 100 mil millones de pesos para fondos reservados de la SIDE.

Más allá de las internas entre los hermanos Milei y Santiago Caputo contra la vicepresidenta, el asesor estrella del Presidente y Karina están distanciados de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. Ella reclama a la Casa Rosada no haberla apoyado en las redes sociales cuando se desató el conflicto por la no entrega de los alimentos y también considera que el apoyo en contra de las causas judiciales que pesan en su contra no fue suficiente y como a ella le hubiera gustado. Además, Pettovello estaría molesta por reuniones que Santiago Caputo tuvo durante el último tiempo con el exintendente de San Miguel, Joaquín de la Torre, hermano de Pablo, el funcionario a cargo de la Secretaría de Niñez y Familia del Ministerio de Capital Humano que fue eyectado en medio del escándalo que sacudió a la cartera.

En medio de esa tensión, Karina está negociando quedarse con la secretaría de Cultura, que aún está bajo el ala de Pettovello. En Casa Rosada dicen que esa área «siempre dependía de Presidencia», y quedarsela iría en línea con la idea que tienen de comenzar a dar «la batalla cultural». En esa línea, también anunciaron que relanzarán el canal Paka Paka, tras la negativa del Congreso de privatizar los medios públicos. Quieren que el dibujito animado «El asombroso mundo de Zamba», por ejemplo, cambie su esencia y reivindique a personajes de la historia argentina como Julio Argentino Roca o Domingo Faustino Sarmiento, entre otros.

En medio de las discusiones y peleas de todos contra todos dentro de La Libertad Avanza, el Presidente definió que no está de ánimo para viajar a México el fin de semana. Allí iba a participar de la cumbre de la CPAC, que nuclea a partidos políticos conservadores, y no iba a ser recibido por el presidente de ese país, Andrés Manuel López Obrador, ni tampoco por quien será su sucesora, Claudia Sheinbaum. Lo que sí hará Milei, en cambio, es participar el viernes del 140 aniversario de la Bolsa de Comercio en la ciudad de Rosario. Allí estará presente el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro y prometió que iría.

Otro de los temas que causó sorpresa en Casa Rosada a última hora del lunes y puso otra vez todos los ojos sobre Villarruel, fue el del acuerdo que hizo el Senado para que los legisladores se aumenten la dieta a 9 millones de pesos por mes. El Presidente salió a twittear nuevamente una foto de las ratas/ legisladoras y escribió: «Expreso mi máximo repudio al vergonzoso aumento de sueldo que acaba de ocurrir en la Cámara de Senadores. Repudio cada una de las firmas que dieron lugar a éste despilfarro a favor de los políticos y en contra de los argentinos», y finalizó: «No se quien fue el responsable de semejante burla pero quienes han avalado estos atropellos a los trabajadores sufrirán las consecuencias». Ese tema había sido motivo de discusión entre la Casa Rosada y Villarruel meses atrás. La vicepresidenta, está claro, no tiene intención de dar el brazo a torcer.

Compartir
Actualizada: 20 de agosto de 2024 — 18:06