Radio y Televisión Argentina Sociedad de Estado envió telegramas que «suprimen» a los directores. De este modo, los habitantes del territorio argentino dependerán solo de la programación que se envíe desde CABA.
El gobierno nacional apaga Radio Nacional. Continuando con el proceso que implementó en los medios públicos desde su asunción, con su misión de vaciarlos y quitarles pertenencia social con el fin de crear las condiciones para privatizarlos, la radio pública pierde institucionalidad, operatividad y perspectiva federal. El más elocuente rasgo de esa política es que ninguna de las 49 emisoras provinciales de Radio Nacional tiene director nombrado.
Desde diciembre, el gobierno de Javier Milei fue deshaciéndose de cada uno de los directores, sin nombrar reemplazos. En los últimos días dio un paso más allá para sacarse de encima a quienes aún estaban en funciones, con el envío de un telegrama en el que les comunicaban que “suprimían” directamente el cargo de director y que, por ende, prescindían de sus servicios. Es decir: no solo no nombraron reemplazantes de los directores salientes, sino que ahora han “desaparecido” (textual) el cargo de “director de emisora” de cada radio.
En los telegramas con fecha del 22 de abril que les llegó a los directores que aún estaban en funciones, Radio y Televisión Argentina les informó que «se prescinde de sus servicios como director” de las distintas emisoras que Radio Nacional tiene diseminadas en todo el país. La determinación se fundamenta en que el cargo de director de emisora “se ha suprimido”. “Así las cosas -señala el telegrama-, el objeto de contrato de trabajo que lo unía con Radio y Televisión Argentina Sociedad de Estado se ha agotado. En virtud de ello, y habiendo desaparecido la razón que justificaba la eventualidad de su contratación… le comunicamos que la presente carta documento constituye una notificación fehaciente de la finalización del su relación laboral con RTA SE”. Los telegramas que eliminan el cargo de “director de emisora” lleva la firma de Julio Hormaechea, gerente de asuntos legales y apoderado de RTA SE.
La falta de reemplazantes de los directores que renunciaron entre diciembre de 2023 y febrero de 2024 en las distintas emisoras de Radio Nacional, sumado a la ahora supresión del cargo, constituye una política comunicacional del gobierno nacional clara y contundente. Lo primero que salta a la vista es la pérdida absoluta de federalismo que la gestión está llevando a cabo, ya que a partir de ahora las decisiones artísticas, periodísticas y hasta administrativas de cada una de las 49 emisoras públicas instaladas en todo el territorio nacional se tomarán desde Buenos Aires. El actual director ejecutivo de Radio Nacional, el productor artístico Héctor Cavallero, será el que desde Buenos Aires planifique la operatividad de cada una de las frecuencias de AM y FM provinciales, junto a la gerente de emisoras Gabriela Mambretti.
En la actualidad, ninguna de las 49 emisoras de Radio Nacional instaladas desde La Quiana hasta Ushuaia tiene nombrado a algún director. La única excepción a esta anomia es Radio Nacional al Exterior, que continúa siendo dirigida por Adrián Korol, según se desprende de la consulta en la sección “autoridades” de la página web oficial radionacional.com.ar.
La eliminación del cargo de director de emisora en Radio Nacional no es la única manera con la que el gobierno nacional pretende centralizar en Buenos Aires el diseño y la planificación artística y periodística de cada una de las radios. Otro recurso que la actual gestión está aplicando, afectando inequívocamente la programación local, es la de dejar de pagar horas extras y feriados al personal. Bajo el argumento presupuestario, la consecuencia es que durante los días no laborales las emisoras provinciales deben levantar su programación habitual, teniendo que retransmitir el aire de la AM 870 que sale desde la Ciudad de Buenos Aires. ¿Cuál es el inconveniente de esta medida? Que el federalismo se ve seriamente dañado, ya que -por ejemplo- el 1º de mayo los ciudadanos cordobeses, santiagueños, chubutenses o entrerrianos -por citar cuatro casos pero que se extiende a todo el país- estarán al tanto del tránsito en la Panamericana o de las condiciones climatológicas del AMBA, pero nada escucharán sobre lo que ocurre en el lugar en el que viven. Un absurdo que golpea el histórico sentido federal de la radio pública.
“Desde Buenos Aires, gobierno de porteños, no están entendiendo la dinámica y la importancia de Radio Nacional en el resto del país”, le cuenta a Página/12 Marcelo Parra, ex director de LRA 30 Radio Nacional Bariloche, que acaba de cumplir 80 años. “No solo en las zonas de frontera, donde la radio tiene una importancia total desde la soberanía porque en muchos lugares es la única voz que llega de nuestro país, sino también en los parajes rurales y pueblos. En muchos lugares, el único medio de comunicación al que se accede es el público. No es rentable, no va a haber ninguna empresa comercial que dé ese servicio. Si se corta el medio público, un amplio sector de ciudadanos se quedará sin comunicación, porque no llega Internet ni la telefonía móvil. Apelo a que las autoridades entiendan la importancia que tiene el medio público”, subraya Parra.
El temor a que las emisoras provinciales sean cerradas y/o privatizadas, con la consecuente venta de los tentadores terrenos en los que cada sede está emplazada, parece comenzar a materializarse. El avance gubernamental trasciende lo discursivo: la eliminación del cargo de “director” y la media sanción de la “Ley Bases” que habilita la privatización de Radio y Televisión Argentina SE, entre otras empresas estatales, marcan un horizonte. Una situación delicada que podría dejar en la oscuridad informativa a cientos de miles de ciudadanos argentinos que viven en zonas que no le interesan al sector privado y en las que los medios públicos cumplen una función social e identitaria largamente arraigada.
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